SOBRE VARGAS LLOSA.

Ahora que hemos conocido la concesión del premio Nobel a Vargas Llosa no estaría mal recordar una de sus obras capitales (a mi juicio nunca superada): La Ciudad y los perros

La escribió Vargas Llosa cuando aún era amigo íntimo de García Márquez y es la denuncia más dura del ejército que he podido leer jamás.

 

 

La historia se desarrolla en un colegio militar y en ella vemos desfilar todo tipo de humillaciones que el poder sin control es capaz de infligir a los demás. Una verdadera antieducación y una crítica a todos esos régimenes militares que tanto abundaron en Sudamérica.

Su lectura no es fácil, realmente, pues pertenece al Boom sudamericano que renovó las técnicas narrativas usadas hasta entonces, recogiendo las lecciones de Joyce o de Faulkner.

Algo más sencillo (pero también brutal en su sátira del ejército) es Pantaleón y las visitadoras o la más reciente La Fiesta del Chivo (la historia de una dictadura, tema tan habitual en la literatura hispanoamericana).

 

Todas estas obras (y otras más) son verdaderas obras maestras de la literatura del XX, y por ellas se merece sobradamente el Nobel, aunque es evidente que la figura de Vargas Llosa (sobre todo en la segunda mitad de su vida) ha sido objeto de crítica por sus posiciones políticas que, en parte, han enturbiado un tanto su obra literaria, como ya ocurrió con otro de los grandes latinoamericanos al que nunca le llegó el Nobel, Jorge Luis Borges. El autor, ciertos posicionamientos, no han estado a la altura de su escritura.

Vicente Camarasa