Posteado por: vicentecamarasa | 15 julio 2014

CALIZAS Y VEGETACIÓN MEDITARRÁNEA. DESDE PEGO A LA VAL D’ EBO

Alicante no es sólo playa . Su interior, lleno de abruptas zonas montañosas ofrece parajes de belleza increíble, aún rurales y fuera del turismo de masas y sus efectos.

Comenzamos nuestra ruta (que puede hacerse en coche o a pie, aunque avisamos que es bastante dura) en Pego, muy cerca de Denia.

Tomado la carretera hacia la Vall d’ Ebo, casi inmediatamente iniciaremos una vertiginosa subida (aunque con carretera bien asfaltada) que muy pronto nos dejará espléndidas panorámicas.

A nuestros pies se encuentra el pueblo y toda su zona sedimentaria en donde se sitúa un paisaje agrario de naranjos y, entre él y el mar,  el marjal de Pego-oliva, una zona palustre que ya vimos aquí.

Vigilándola, el castillo de Ambra, de orígenes musulmanes y del que ya comentamos su historia en señor del biombo.

La ruta nos ofrece un paisaje de calizas plegadas y erosionadas verdaderamente espectacular. Son la zona noreste de los Sistemas béticos del terciario.

La vegetación se establece en pisos.

Mientras en el inferior encontramos pinares, rápidamente se sustituyen en las pendientes por una tupida maquia mediterránea muy semejante (aunque más densa) de la que ya tuvimos ocasión de ver en el cercano Montgó (palmitos, lentisco, carrasca, retama, romero, pies de encinas, rosal silvestre, serbal…, en gran parte «regadas» por los vientos húmedos de levante), creando completamente limpias de vegetación las zonas más elevadas.

Sin embargo, la gran maravilla de la excursión es observar el espectacular barranco del infierno, un cañón calizo creado por el río Gerona.

 Así como sus cuevas calizas, con estalactitas y estalagmitas del Rull

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