En otras ocasiones ya hemos hablado del actual calentamiento global, producido por las emisiones de CO2. Sin embargo, y por causas estrictamente naturales, ha habido en la historia numerosos cambios climáticos (como las conocidas glaciaciones que generaron los cambios climáticos para que aparecieran los primeros homos o en las que vivió el hombre de Neandertal).
Ya en tiempos histórico, y avalado por numerosos testimonios escritos y arqueológicos también han existido episodios climáticos anómalos. Quizás el más famoso de todos ellos sucedió en la Edad Media, continuándose en la Edad Moderna.
Durante esta etapa el clima mundial pasó por dos grandes fases climáticas.
Desde el siglo VIII y hasta finales del XI, se produjo el llamado Óptimo climático. Las temperaturas medias fueron entre dos y tres grados superiores, lo que produjo, por ejemplo, la eclosión de la civilización vikinga (que se estableció en las costas escandinavas o en Groenlandia, mucho más libres del hielo que en la actualidad), se extendió el cultivo del olivo y la vid mucho más al norte o se retiraron glaciares de los Alpes pudiendo ser explotadas minas que en la actualidad cubre la nieve.
Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Vikingo
Esta mejora climática fue una de las causas del crecimiento económico que se produjo durante el feudalismo y que daría paso al gran comercio medieval.
Especialmente en el norte y centro de Europa, las temperaturas más suaves y las lluvias menores produjo (junto a nuevas técnicas como el arado de vertedera, la rotación de cultivos, el yugo para los bueyes, la desforestación de bosques, el desecado de pantanos…) un aumento de las cosechas, una de las causas del aumento de excedentes (y comercio) y de la bajada de los índices de mortalidad.
En la Península Ibérica este periodo no se conoce demasiado bien, aunque la zona cantábrica pudo seguir las pautas del centro de Europa. El resto, probablemente, tuvo temperaturas más elevadas y, muy probablemente, unas menores precipitaciones (son conocidas las noticias de un Guadalquivir que podía llegarse a secar en verano en tiempos de Alfonso X, o las numerosas sequías que se registran en torno al siglo X que obligan a plegarias y actos pro pluviam). Según los sedimentos históricos estudiados en los ríos (especialmente del sur y este) los episodios de lluvia torrencial (Gota fría) debieron ser más numerosos y violentos.
De ser cierto este panorama (con más calor y menos agua excepto en episodios violentos), podría explicar el predominio de Al Andalus durante todo este periodo, una civilización venida del desierto que produjo toda una revolución agrícola, tanto en cultivos como en el uso racional del agua para el regadío (aquí lo hemos ido estudiando)
A partir del siglo XIV, la situación cambia totalmente y comienza lo que se ha denominado la Pequeña Edad de Hielo que llegará hasta el siglo XIX, con los siglos XIV y XVII como los más fríos y húmedos.
.Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Peque%C3%B1a_Edad_de_Hielo
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Conocemos del siglo XIV los famosos años malos de los documentos que, ya por frío (especialmente heladas tardías) como por lluvia (excesiva, especialmente en verano, que no dejaba madurar el cereal), produjeron un espectacular ciclo de malas cosechas que, junto las guerras y las epidemias de peste, crearon la famosa crisis del XIV.
La propia peste se transmitía mejor en medios húmedos como los que se sucedieron entonces. La pulga de la rata (su principal portador) vive entre 15 y 20 grados con humedades relativas del 90%.
Tomado de http://es.wikipedia.org/wiki/Peste_negra
[…] El Clima en la Historia. La Edad Media: calor y luego frío […]
By: ENLACES FUNDAMENTALES EN ESTE BLOG PARA REPASAR CLIMAS | GEOBIOMBO on 20 octubre 2013
at 6:16
Reblogueó esto en Blog de Josechu Ferreras.
By: Josechu Ferreras on 20 octubre 2013
at 7:28
…qué interesante!!, clima óptimo medieval a los 9.., we have the power!! y cultive usted unos tomates al sur de Groenlandia, y a los 14…pequeña edad de hielo teenager!!…, y de imprevisto, los fantasmas de los mamuts recorrieron toda Europa en forma de pulgones que iban incorporados en los excrementos de las ratas…y llegó la peste, y ya de nada servían las gafas de sol que los vikingos compraron a los árabes de Córdoba y que heredaron como un preciado tesoro sus descendientes, pues era practicamente imposible ocultar los bubones.
By: miguel ángel sánchez garcía on 21 octubre 2013
at 16:02