Lo hemos hablado en clase. La débil democracia de muchos países subdesarrollados (junto a intereses del norte, no lo olvidemos) generan numeroso conflictos bélicos. Una de las caras más amargas de estas guerras es la participación de niños soldados.
Niños que ya no tendrán una oportunidad para educarse. que llevarán ya la violencia en sus genes para el resto de la vida.
Este es el tema de una obra de María Abramovich, una artista que basa su trabajo en la denuncia de las situaciones de opresión y violencia.
No se trata de un documental, sino de una ficción. Sin embargo, la música repetida, el escenario de muebles gigantescos, la ternura de los niños que choca con sus vestidos militares, su suave dormir agarrados a las armas… Todo nos crea una profunda impresión.
GEOBIOMBO 
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