FÚTBOL Y PROTESTAS SOCIALES. ¿UN NUEVO BRASIL?

Tomado de http://www.agenciapacourondo.com.ar/patria-grande/11938-una-llama-de-participacion-popular-.html

Desde hace días nos despertamos con dos revueltas que, lejos de desaparecer, cada vez parecen incendiarse más. Una es Turquía, que ya analizamos, la otra sucede en Brasil, en medio del campeonato de fútbol.

Decenas de miles de brasileños protestan ante los estadios en donde juega su amada selección. ¿Quién podría haberlo dicho hace unos años?

Brasil (como Argentina o, por qué no decirlo, España) es el país futbolero por excelencia en donde a menudo se bromeaba diciendo que preferían no comer si su selección de fútbol conseguía ganar. En él los niños tenían como máximo sueño convertirse en futbolistas, una de las escasas maneras de salir de la miseria.

Y sin embargo, ahora, ¿qué es lo que ocurre?

Brasil es desde casi un decenio un país llamado emergente, con unas tasas de crecimiento verdaderamente increibles.

Sin embargo esta riqueza (y pese a los intentos del anterior presidente, Lula) no se ha repartido correctamente. Como ya decíamos en Turquía, crecimiento económico no significa inmediatamente mejora de la vida de la gente normal, sobre todo si se realiza desde modelos neoconservadores que apuestan por la exportación, la entrada de multinacionales, la explotación masiva de las reservas mineras… Con estas fórmulas el dinero llega al país pero no se reparte de forma igualitaria, y las diferencias entre ricos y pobres (paradójicamente) se amplían y la muy reciente (y poco consolidada) clase media se encuentra en verdadero peligro. (Una situación que se está produciendo también en la misma Europa, como ya vimos aquí)

Ante este panorama de «falso crecimiento», varios hechos han confluido para la generalización de las protestas. La mecha prendió con el aumento de las tasas de transporte y se descontroló ante los gastos masivos que la copa Confederaciones (al que seguirán Mundial de Fútbol y Olimpiadas) están generando en un país que ya protesta por el crecimiento injusto, muy a menudo trufado de corrupción.

Este es el panorama y las razones de las protestas (Que en ciertos puntos en contacto tienen con las de la Primavera Árabe, el 15M, Que se «fastidie» la troika de Portugal o las múltiples mareas españolas). La ciudadanía ha iniciado un proceso de protesta ante un capitalismo cada vez más agresivo y elitista que antepone lo económico a lo social, que ha renunciado al reparto de la riqueza como fórmula de paz social y progreso duradero, que han llegado a un fuerte estado de hartazgo ante una política poco transparente y rendida a los macropoderes económicos.

Precisamente en Europa, y más concretamente en España, deberíamos ser conscientes y pensar si las estructuras sociales aguantarán mucho más tiempo el empuje de este capitalismo de élites